Mi flor favorita se está marchitando. Estoy triste. Me han dicho que le platique, que a las plantas les gusta eso. Yo le hablo, pero la ingrata no contesta. La flor se quiere morir y el jardín se ha vuelto solitario. ¿Habrá sido el sol? ¿Habrá sido la lluvia? Tal vez necesita otra tierra, una que yo no tengo. Perdóname, florecita, si acaso mi mala mano te ha sofocado. Yo te quise, ¡te quiero tanto! [...] Te prometo que voy a cuidar este campo por si un día se contentan con él tus raíces y te da por regresar.
0 semillas:
Publicar un comentario